Mi familia se fue.
De mí se alejaron los amigos.Sin dinero, hasta mis queridas meretrices dejaron de mirarme.
Ya no me acuerdo del último trago de tequila rasgando mi pecho.
Veo que ahora solamente me toca el calor del sol,
Y la gélida luz de plata que trae la luna rompiendo la tenebrosa noche.
No tengo más que eso.
A veces dudo de que estoy vivo, aunque parezca lejos el día de mi muerte.
Pero me muero en vida con el dolor que es creer que en este día nadie llorará por mí.
Mis manos las tengo extendidas...
Miguel Cerqueira
Nenhum comentário:
Postar um comentário